El rostro, brazos y manos de José Manuel Yanchapanta Toapanta, de 75 años, están curtidos por su trabajo de lunes a sábado recogiendo ramas secas y pequeños troncos para entregarlos a dos panaderías de Ambato que usan hornos de leña.
Lo hace en una carreta jalada por el caballo Lucero, de 6 años y del cual Manuel dice que vivirá 30, por eso considera que será el último que tenga.
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