“Yo, Poncio Pilatos, presidente de Judea (…), juzgo, sentencio y condeno a muerte a Jesús de la plebe Cristo Nazareno (…). Hombre sedicioso de la Ley Moysena, contrario al grande emperador Tiberio César, y determino y pronuncio que su muerte sea en cruz, fijado con clavos junto a reos (…); por mover tumultos por toda Judea, diciéndose hijo de Dios y rey de Jerusalén”.
Con la lectura de esta sentencia, al mediodía de ayer y en medio de un sol que deslumbraba en el cielo azul de Quito, se inició la tradicional procesión penitencial Jesús del Gran Poder, en el Centro Histórico.
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